jueves, 20 de abril de 2017

Una tumba nazarí de estelas anepigráficas. Por María José García Larios

Cuando la Delegación de Cultura de Granada restauró la Fuente de la Plaza del Carmen de Alhama en enero de 2001, al levantar la fuente y sondear el terreno nos encontramos dos piezas de piedra calcarenita a 1 m de profundidad la mayor y a 1,60 ms, la menor, separadas unos 2 metros entre sí. Son el objeto de la presente investigación.
Es innegable el pasado árabe de Alhama que tuvo una gran importancia desde el punto de vista económico y comercial en la época nazarí por su estratégica localización. Era una ciudad-fortaleza. Según Luis de Montes, estaba cercada por espesa y altísima muralla, flanqueada de trecho en trecho por sólidas torres y robustos bastiones. Este hecho lo confirma también Ibn Battuta, historiador y viajero musulmán. Nos dice Madoz que la muralla estaba al Norte y Oeste y tenía un castillo que ocupaba todo el lado occidental de la población, cuyo acceso se realizaba a través de dos puertas, la de Málaga y la de Granada que se hallaban en las extremidades que unían las murallas con el tajo. Alhama poseía mezquita...